La desigualdad sigue siendo un
desafío todavía a estas alturas del siglo XXI. Trasladando este problema al ámbito
del deporte, por no entrar en la cultura de muchos países y religiones,
observamos cómo el deporte masculino está en lo más alto de “pódium”, mientras
que el deporte femenino pasa muchas veces desapercibido.
Lo cierto es que no encuentro una
respuesta lógica o con algún argumento racional que explique este hecho, porque
si observamos los datos de los anteriores Juegos Olímpicos de Londres 2012, el
45% de los deportistas participantes ¡eran mujeres! Está bien, siguen siendo
más los deportistas varones… pero estamos hablando de un 20% más de
participación femenina desde Barcelona 92’. Además, en las últimas olimpiadas
fue la primera vez que las mujeres compitieron en todas las disciplinas. Es un
gran paso que todavía a la sociedad le
cuesta apreciar.
Por otro lado, me gustaría hablar
del fútbol, nuestro querido y obligado deporte rey. Sin hablar de la
importancia (en ocasiones abusiva) que los medios de comunicación le dan, me
gustaría comentar mi disconformidad sobre la Quiniela. Un juego de azar basado
en la Liga Nacional de futbol MASCULINO. ¿Por qué no incluir en la Quiniela a
las futbolistas? Es más, ¿por qué no incluir en la Quiniela otros deportes?
España afortunadamente cuenta con muchos equipos situados en lo más alto del ranquin
mundial. Hagamos uso de ello.
Sin embargo, y aunque soy mujer,
también admito que existe una desigualdad con respecto a los hombres en otros
deportes. En gimnasia rítmica, hasta hace unos pocos años, los gimnastas se
veían obligados a competir contra las mujeres. Por suerte y gracias al gimnasta
Rubén Orihuela, ahora se hacen distinciones entre sexo y cada género compite en
una clasificación distinta.
Aquí dejo unas imágenes de este gran gimnasta, donde se
puede apreciar que tiene talento para la rítmica de la misma forma que las
mujeres.
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